-“El problema es que soy muy indecisa”- me dijo – “Nunca estoy segura de nada”
– “¿Quieres decir que NUNCA estás segura?”
– “Nunca, nunca”.
– “¿De NADA?”
– “No, de nada. Soy muy indecisa.”
– “Piensa en alguna vez en la que hayas estado segura de algo.”
– “Uhm……No, nada. Nunca he estado segura de nada.”
– “Vaya… ¿NUNCA?”
– “No, nunca, de verdad.”
– “¿Estás segura?”
– “Sí, sí, estoy completamente segura.”
– “Ah, entonces ¿estás COMPLETAMENTE SEGURA?”
Una gran carcajada por su parte terminó de romper la rigidez de sus pensamientos. A partir de ahí consiguió encontrar bastantes ejemplos de situaciones en las que se había sentido segura de algo.
Muchas veces la rigidez de nuestros pensamientos es lo que nos impide avanzar. Una de las tareas del COACH es la de ayudarte a entrenar los “músculos” de tus pensamientos para que consigas esa flexibilidad.