¿Y ahora qué?

Podríamos decir que la motivación es el reflejo de una necesidad que queremos cubrir y, por tanto, en el momento en que logramos satisfacer esta necesidad, nuestra motivación desaparece. De esta forma, la motivación se situaría en una línea continua a modo de dientes de sierra entre la satisfacción y la frustración.

Cuanto más esfuerzo y dedicación empleamos en alcanzar una meta, es decir, cuanto más motivados estamos para alcanzarla, mayor es el vacío que se produce una vez que llegas a la cima.

Seguro que alguna vez, tras lograr un objetivo importante para ti, de repente te has preguntado “¿y ahora qué?”

Ese es el momento de reinventar tus propias necesidades, de convertir la satisfacción alcanzada en una nueva necesidad, de fijar una nueva meta, de encontrar en definitiva una nueva motivación.

Dice el profesor Alexandre García-Mas que la motivación consiste simplemente en la capacidad de inducir (o inducirse a sí mismo) necesidades. Yo añadiría que la motivación muchas veces consiste en descubrir nuevas áreas de mejora, en buscar nuevos retos y en ampliar poco a poco los límites de nuestra zona de confort.

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