Rafa Nadal se retira: adaptación al cambio

Rafa Nadal

Rafa Nadal dice adiós al tenis profesional. A sus 38 años, y después de haber conseguido 92 títulos, 22 de ellos del “Grand Slam”, más la medalla de oro en los Juegos tanto en individual como en dobles, y 5 Copa Davis, a falta de lo que ocurra en estos días en Málaga. 

Sin duda, un palmarés que deja a cualquiera boquiabierto. Un deportista que en todos estos años ha mostrado su gran fortaleza mental, enfrentando todas las dificultades que se le presentaban, como las múltiples lesiones que ha sufrido, marcándose siempre nuevos retos que le impulsaban a seguir mejorando, y sabiendo gestionar perfectamente sus emociones durante las competiciones. Y por si esto fuera poco, siendo además un ejemplo de deportividad, mostrando siempre los valores que deben ir vinculados al deporte, ya sea de élite o no.

Una vida de entrenamientos, viajes, competiciones, éxitos, derrotas, lesiones, … ¿y ahora qué?

La retirada deportiva es un momento complicado desde el punto de vista psicológico. No sólo implica el final de una carrera deportiva, sino también el cambio hacia un estilo de vida diferente que puede afectar profundamente a la identidad, la autoestima y el bienestar emocional del deportista.

Muchos deportistas hacen de su disciplina lo único importante en su vida. Todo gira en torno a su deporte. No es que el deporte sea muy importante en su vida, como evidentemente lo es en un deportista de élite, sino que lo es todo. En el momento de la retirada pueden sentir que todo su mundo se ha venido abajo. No son nadie sin el deporte. Esto puede provocarles una sensación de vació existencial y de enorme pérdida.

Rafael Nadal

En ocasiones los deportistas, acostumbrados a las enormes exigencias de las competiciones llegan a vincular el éxito profesional con su propia valía personal. Si ganan títulos, medallas o competiciones se sienten valiosos. Pero en el momento de la retirada, cuando ya no se va a volver a competir y por tanto no se volverán a ganar competiciones, su autoestima puede verse muy perjudicada. El deportista debe aprender a valorarse a sí mismo a través de sus logros en diferentes ámbitos, así como de sus propias capacidades y valores.

Por otro lado, los deportistas de élite al retirarse renuncian a todos los momentos y sensaciones intensos que han experimentado durante su vida profesional. La tensión de los partidos, la adrenalina de la victoria, la satisfacción de los aplausos, …, todo eso no volverá. Los deportistas tendrán que pasar su propio proceso de duelo, con etapas como la negación, la ira, la negociación, la depresión y, finalmente, la aceptación. Es normal que sientan tristeza por la finalización de una etapa tan importante en su vida.

El paso a un nuevo estilo de vida puede resultar complejo al principio. Los deportistas deben encontrar otras áreas importantes en su vida a las que dedicar su tiempo y esfuerzo. Deben descubrir nuevos retos, nuevos proyectos, que les hagan mantenerse en activo y disfrutar de nuevas actividades. Por eso desde la psicología deportiva se insiste tanto en que los atletas incluyan durante su vida deportiva otros ámbitos a los que también les dediquen su tiempo, como estudios, amistades fuera del deporte, pareja, familia ,…, de esta manera la transición en la retirada es menos dura. 

Durante este proceso de adaptación se debe estar atento a la salud mental del deportista, ya que algunos pueden desarrollar patologías como la ansiedad o la depresión. El apoyo y comprensión de sus familiares y amigos será muy importante en esta etapa. Y en caso de necesitarlo, un psicólogo le ayudará a manejar estos sentimientos y a encontrar estrategias de afrontamiento.

Rafa Nadal ha dado el paso de la retirada de manera muy consciente, y siempre ha mantenido otros intereses al margen de su carrera deportiva, como su escuela de tenis. También ha sabido cultivar el cariño de los suyos, separando su vida personal de su vida profesional. No va a ser fácil para él. Para ningún deportista lo es. Pero estoy convencida de que tiene las herramientas necesarias para manejar el cambio de manera adecuada.

Le deseo mucho éxito en esta nueva etapa. Un éxito que ya no se medirá con victorias.

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