A veces te miras al espejo y no te gusta lo que ves. No te gustan tus brazos, o tus piernas. Ves tus manos demasiado grandes o demasiado pequeñas. No te gusta tu nariz, o quizás tu pelo.
Pero no eres sólo lo que ves. Eres mucho más. Eres todo lo que haces, cómo te comportas con los demás, cómo les haces sentir.
Anota en una hoja de papel todas esas cualidades que te definen, y a las que normalmente no prestas atención. Puede que seas buen amigo o amiga, que sepas escuchar a los demás, que estés dispuesto/a a ayudar, que seas alegre, comprometido/a, responsable, que te guste dar abrazos a quien lo necesite. Puede que se te dé bien cantar, o dibujar, que tengas una mano especial con los animales, que te guste leer o escribir. Todo eso puede que no lo veas al mirarte al espejo, pero es una parte muy importante de ti.
Tener autoestima no viene de ser perfecto sino de reconocer tu valor.

Tu reflejo en el espejo también merece que le trates mejor. Deja de ver sólo lo negativo. ¿Y si en lugar de fijarte en aquello que no te gusta de ti pruebas a poner tu atención en lo que sí te gusta? Puedes descubrir que te encanta el color de tus ojos, o la suavidad de tu piel. Quizás te gusten tus labios. ¿Acaso lo que sí te gusta de ti no es importante? Deja de criticar lo que no te gusta y agradece todo lo bueno que tienes.
Todos tenemos miedos o inseguridades en determinados momentos. Pero eso no te hace ser más débil. Eres más fuerte por seguir adelante. Reconoce tu valor incluso en los días más difíciles.
Quiérete. Así, tal como eres. Y rodéate de personas que sepan ver todo lo bueno que hay en ti, personas que te ayuden a mejorar cada día.
Tienes un inmenso potencial. Cree en ti y trabaja para alcanzar tus sueños.
@GemaSancho