Un año más está a punto de iniciarse un nuevo curso escolar. Y aunque para la mayoría pasa totalmente desapercibido, la actividad durante estos últimos días antes del comienzo de las clases resulta frenético: se terminan las reformas acometidas durante el verano, se atiende a las familias de los alumnos nuevos que llegan al centro, se terminan de actualizar los temarios, se producen algunos cambios organizativos, … Todo debe estar preparado para el primer día de clase.
Dirigir un centro educativo no es tarea fácil. Tampoco lo es coordinar una etapa educativa o un área dentro de la organización del centro. Pero las tareas que van surgiendo día a día se van resolviendo tirando cada uno de nuestras propias habilidades innatas, de nuestra experiencia o de lo que hemos visto hacer a otros y esta práctica nos va reforzando, constituyendo sin darnos cuenta nuestro propio estilo de liderazgo.
Llega el inicio del curso y tanto directores como coordinadores saben lo que tienen que hacer. Ya lo han hecho antes y, si no es así, tienen algún modelo o guía del que pueden aprender. Sin embargo, antes de comenzar a ejecutar tareas parece interesante pararse un instante a reflexionar acerca de cuál es nuestro estilo de liderazgo y cómo este estilo influirá en la relación con nuestro equipo. Y el inicio del curso parece el mejor momento para ello.
Cada uno tenemos nuestro propio estilo. Unos tendemos más a acaparar muchas tareas, otros a delegarlas; a algunos nos gusta pedir opinión a nuestro equipo o tomar decisiones por consenso, otros preferimos decidir de manera unilateral y dar órdenes claras para su ejecución. En fin, hay tantos estilos de liderazgo como personas, aunque de manera general se suelen clasificar, en función del grado de participación del equipo en la toma de decisiones, en:
Autocrático (el líder toma unilateralmente las decisiones sin contar con el equipo)
Consultivo (se pide la opinión de los miembros del equipo pero finalmente la decisión la toma el líder)
Democrático (las decisiones se toman por consenso o por votación)
Delegatorio (el líder delega la toma de decisión en los miembros del equipo)
Como director o coordinador, ¿te has parado a pensar cuál es tu estilo habitual de liderazgo? ¿Cómo influyen las situaciones externas como la falta de recursos o los momentos de estrés en tu estilo de liderazgo?
Cada estilo va asociado a una manera diferente de relacionarnos y comunicarnos con nuestro equipo. ¿Cómo te comunicas con ellos? ¿Varía esa forma de comunicarte en función de la situación o incluso de la persona?
El Coaching es una buena herramienta para reflexionar y sacar conclusiones sobre todos estos aspectos que van a influir decisivamente en la marcha del curso escolar. A través de las jornadas de Coaching Outdoor se pueden trabajar las habilidades relacionadas con el liderazgo: la toma de decisiones, la elección de estrategias, la comunicación efectiva, la empatía, el feedback, la asignación de roles y de tareas, la motivación, la flexibilidad, etc.
Esta metodología permite, a través de ejercicios diseñados específicamente para este fin, simular retos y situaciones fácilmente trasladables al entorno laboral.
El objetivo de este entrenamiento «fuera» de la estructura habitual de formación o trabajo es el de concienciar a los directores y coordinadores sobre su estilo de liderazgo, reflexionar y extraer conclusiones que puedan implementar en su trabajo diario a partir de esta experiencia, activando nuevos recursos, perspectivas y posibilidades.
El coach no les dice cómo tienen que liderar a sus equipos o cómo deben dirigir su centro educativo. Son los propios directores y coordinadores los que, a través de las preguntas realizadas por el coach, reflexionan, ponen en común sus conclusiones y se marcan sus propios planes de acción para seguir mejorando.
Comienza el nuevo curso escolar, ¿todo organizado?